Evelia Benítez es una mamá de tres hijos que, hasta hace un tiempo, se dedicaba al trabajo doméstico en casas de familia. Pero cuando marido quedó sin empleo, las cosas comenzaron a ponerse difíciles pues aún debían salir adelante para mantener a sus pequeños.

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Fue entonces cuando Evelia le propuso a su esposo emprender un nuevo negocio en el mundo de la tapicería. Y aunque ella no tenía ni la menor idea de cómo empezar el trabajo, gracias a la experiencia de su marido aprendió todo lo necesario y hoy tienen su propio negocio a pasos de la Terminal de Asunción.

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Tenaza, destornillador y mucho empeño es lo que necesita Evelia para realizar su trabajo, que hoy en día es el de toda una profesional. “Hace tiempo que empecé a trabajar como tapicera, cuando me inicié no entendía nada, me iba a comprar los materiales y me daban todo mal porque no sabía diferenciar, pero ahora ya soy toda una experta”, contó orgullosa.

Evelia trabaja en su taller con varios ayudantes y su hijo mayor, quien ya se sumó al negocio familiar y cuenta orgulloso que todo lo aprendió de sus padres. Mientras tanto, su mamá se esfuerza cada día para llevar este trabajo siempre adelante. “De esto vivimos, hay trabajo, muchas veces se sorprenden cuando me ven haciendo, pero ya se acostumbran después”, finalizó la tapicera. ¿Qué te parece esta historia?