Don Florentín Fleitas lleva nada más y nada menos que 30 años trabajando en una funeraria, en la ciudad de San Lorenzo.

Es el encargando de preparar a los muertos para el último encuentro con sus seres queridos: los baña, los maquilla y los viste para que tengan una apariencia tranquila y natural. “Cada uno nacemos para algo en esta vida. Y esto es lo mío, me apasiona. Es como darles cariño”, aseguró el trabajador.

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“Yo me crié prácticamente con este oficio. Comencé a trabajar junto con mi hermano en Concepción. Es por eso que para mí es normal, aunque muy apasionante. Trabajamos para dejar el cuerpo lo más natural posible, con el mayor aspecto a vivo, como si solo estuviesen durmiendo. Es mejor para las familias porque se van con una última imagen más parecida a como era en vida el fallecido”, relató don Florentín.

Sobre las tareas que tiene que realizar, el hombre comentó que todo se hace con mucho respeto y cuidando la memoria del fallecido: “Les pintamos, vestimos, etc. En caso de los hombres les afeitamos completo y a las mujeres hasta les pintamos las uñas, hay que dejarlas como a una quinceañera. Cuando vemos el cambio sentimos satisfacción”, manifestó.

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“La idea es que ese ser querido que falleció sea visto de la mejor manera por última vez por sus familiares. Que estéticamente esté impecable”, finalizó el hombre. ¿Vos qué opinás de este curioso trabajo?