El suboficial inspector Alberto Leguizamón trabaja en el departamento de Identificaciones de la Policía Nacional. Allí cumple cada día una importante tarea: lograr que los bebés salgan lindos en su primera cédula de identidad.

Via abc.com.py

Desde un box en la enorme oficina ubicada en Asunción, el agente hace hasta lo imposible para que los paraguayitos salgan impecables en su primer documento, el cual los acompañará durante diez años en momentos tan importantes como el inicio de la escuela, su primer viaje, entre otras cosas.

Y aunque hacer reír bebés suena divertido, no siempre es una tarea fácil para el suboficial Leguizamón. A veces los pequeñitos llegan dormidos; otros meten sus manitos en la boca o bien, lloran desconsoladamente. Es ahí cuando el policía pasa a la acción y toma su mejor arma: una vieja presilladora cuyo sonido deja fascinados a los bebés.

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Leguizamón comentó que descubrieron que ese simple objeto era lo que más llamaba la atención de los bebés. «Inclusive se dio la oportunidad en que tuve que regalar la presilladora porque al bebé fue algo que demasiado le gustó», dijo el uniformado. ¿Qué te pareció esta noticia?