El hombre se puso de espaldas a la escultura, tan pero tan cerca que en un descuido la obra cayó al suelo y se hizo trizas. Algunos testigos aseguran que fue así como ocurrió, mientras que otros sostienen que el percance tuvo lugar mientras el hombre caminaba hacia atrás para sacar una foto a otra obra.

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Sea cual fuere la historia, lo cierto es que según los expertos el daño es irreversible. Un visitante del museo llamado Nuno Miguel Rodrigues, estuvo en la sala cuando ocurrió el desastre e hizo su descargo en Facebook: publicó una foto de la escultura comentando que «este es el precio a pagar por dejar a la gente entrar gratis los domingos».

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