Doña Dolores Vázquez tiene 79 años y su experiencia de vida es sorprendente. Si bien siempre fue muy estudiosa, las obligaciones de la vida la llevaron a buscar trabajo desde muy joven y ya no pudo continuar una carrera universitaria, su mayor sueño.
“Terminé a duras penas el colegio, eso sí con buenas notas, pero me costó porque éramos una familia humilde. Luego ya me tocó trabajar. Incluso tuve que viajar a la Argentina donde trabajé muchísimos años en una fábrica textil. Y así pasó el tiempo, la plata no sobraba, y nunca pude estudiar en la Facultad”, relató la abuelita.

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Y aunque el paso del tiempo trajo consigo las arrugas y el cabello blanco, ña Dolores nunca renunció a su deseo de ingresar a la facultad. Tal es así que ahora se encuentra en el quinto año de Ingeniera Ambiental, una carrera que le fascina ya que es amante de la naturaleza. “Siempre quise seguir esa carrera (Ingeniería Ambiental) porque soy una amante de la naturaleza, de las plantas, de los animales”, comentó entusiasmada.
La estudiante también habló de sus compañeros y confesó que al principio todos se sorprendieron cuando la vieron entrar a la sala de clases. “Pensé que me iban a discriminar por ser abuelita. Pero no, me trataron y me siguen tratando muy bien”, expresó.
Por su parte, ellos se sienten muy contentos de tener una compañera tan especial: “Es la primera en levantar la mano para preguntar algo al profesor. Es muy aplicada. Casi nunca falta a clases. Sin dudas es un ejemplo para nosotros y para muchos que tienen todo y no quieren estudiar”, comentó Jonathan Montañez, uno de los universitarios.
Dolores nunca se casó ni tuvo hijos; pero esta decisión la hizo una mujer fuerte y le brindó otras experiencias. “Es así. Pero estoy bien, aprendí mucho en la vida. Mis hijos son las personas que me ayudan, mis compañeros que tengo en las aulas”, aseguró.

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Es así que desde su casita en San Cosme y Damián, con mucho sacrificio sigue adelante sus estudios, ya que vive sola y solo cuenta con una pensión para la tercera edad. “No estoy trabajando ahora mismo. Cobro gracias a Dios por la tercera edad, pero casi todo se va en los gastos de la Facultad. Vivo con lo justo y como te digo en búsqueda de cumplir mi sueño de recibirme”, confesó.
Pero nada detiene a esta valiente mujer, que desafió al tiempo y sigue firme en camino a cumplir su mayor sueño.“En las clases estoy feliz. Cuando realizo mis tareas siento paz y veo que voy por buen camino para lograr mi objetivo de recibirme algún día”, comentó ña Dolores. ¿Qué pensás de su inspiradora historia?
Fuente: Cronica.com.py¿Ya estás registrado? Hacé click aquí.
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