Beth tiene 20 años y aunque es una joven llena de proyectos, casi no puede salir de su casa en Stockport, Greater Manchester, sin tener miedo a quedarse dormida. En las etapas crónicas de la enfermedad, solo puede mantenerse despierta por dos horas.

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“Estoy en la edad en la que me gustaría independizarme, estoy preparada. Pero no puedo hacerlo porque necesito de la supervisión de mi madre cuando enfermo, y esto me resulta realmente frustrante…”, lamenta la muchacha.

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