Todo sucedió un día en el que Amanda debía trabajar horas extras en la oficina de correo. Como tenía que llegar a su trabajo dos horas antes de lo previsto, no pudo dejar a su niño en la escuela momentos antes como siempre lo hacía.

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Fue por eso que tomó una decisión que muchos cuestionarían: durante las dos horas extras que debía asistir a la oficina, estacionó su auto con el pequeño Jake dentro. Mientras el niño dormitaba esperando a su madre, sucedió algo escalofriante. Seguí leyendo a continuación para saber lo que ocurrió.

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